Es la segunda vez que mi marido y yo visitamos este restaurante y, una vez más, salimos encantados, tanto por el trato como por la comida. Cuidan hasta el último detalle y son cariñosos y atentos, pendientes de que no te falte de nada, que te guste cada plato. Y es que todos los platos son fabulosos.
El mejor francés de Madrid en el que he comido hasta la fecha. Deliciosos los platos: el chateaubriand al oporto, el foie, la sopa de cebolla... con ingredientes de calidad.
Mención aparte merece la extraordinaria atención por parte del personal, explicando y recomendando con alta precisión (lo cual se valora mucho: no se ve todos los días).
Quiero felicitar al equipo y agradecerles tan placentera experiencia. Volveremos con toda seguridad.
Un auténtico descubrimiento, la atención es espectacular, te preguntan por alergias nada más llegar, nos dieron una copa de bienvenida, y pasan para ver si todo está a tu gusto.
La cantidad de los platos es perfecta y la calidad inigualable.
El local es pequeño por lo que es ideal para una cena en pareja e íntima
Repetiré seguro!!
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