Me encantó, el camarero era super simpático, aunque si es verdad que parecía que nos conocía de toda la vida y no era así, entonces aunque sea agradable entiendo que haya gente a la que está cercanía no le guste o le pueda llegar a sentar mal. La comida estaba bastante rica, nos gustó todo y además había gran variedad de platos a elegir, cosa que se agradecen, no era una lista interminable de platos, cosa que se agradece también porque a veces hay tantas cosas que no sabes qué elegir ... Aunque sí es verdad que con la cuajada pensábamos que vendría la miel aparte como hacen otros restaurantes para que te eches tú la que quieras y no fue así, llevaba tan solo una poca, pero bueno. Para acabar, las ensaladas son muy abundantes, o sea que son también recomendables. Aunque eso sí, los baños son extremadamente pequeños y algo incomodos...
Mi madre y yo llegamos de una larga jornada caminando para explorar la ciudad, y por casualidad nos topamos con este adorable rinconcito, dónde nos atendieron enseguida pese a tener un par de grupos numerosos acaparando toda la atención de los camareros, así que un 10 en ese aspecto.
Sobre la comida, recomiendo muy especialmente las carnes, bien sazonadas y tiernas, así como las natillas del postre, dulces y espesas.
Tristemente lo descubrimos en nuestro último día de estancia, pero lo recomiendo para todo el que busque un ambiente hogareño, buen precio y comida sabrosa.
¡Gracias por todo!
Excelente restaurante para comer a un precio asequible. El trato es excelente te atienden rápido y la comida muy buena. Muy cerca de la catedral. Lo conocí hace años y volví recientemente sigue igual de bien.
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