Un sitio tranquilo rodeado de naturaleza pero en plena ciudad, está al final del parque, algo escondido pero eso hace que no se masifique, incluso si el parque está lleno, (aunque eso no impide que a veces, puntualmente, haya que esperar un poco a ser ubicados). Es destacable especialmente que tiene una zona específica para los niños, que pueden explayarse en las lomas aledañas, mientras los padres toman algo en las mesas o de picnic. En cuanto al local en sí, es pequeño pero la gracia está el exterior y en los batidos y granizados que sirven, especialmente bueno el de café o la especialidad con Bailey's. Una parada recomendable para descansar y charlar para quien pasee el parque un día caluroso.
La terraza se ubica en la parte más baja del rincón de goya, trato amable y cercano.
Tiene zona separada para solo adultos, las familias con niños pueden disfrutar de la zona de césped que hay al lado sin molestar a quien quiere una cena tranquila o especial.
Decoración cuidada que se disfruta más al caer la noche por las luces que ponen.
De bebidas tienen sus famosos cafés fríos sobre todo el trifasico, no se hace un café frío mejor en toda Zaragoza y ahora también se puede pedir frascos de tinto de verano muy refrescantes.
La oferta gastronomía aunque básica se puede disfrutar ya que son platos relativamente ligeros, las ensaladas muy bien preparadas, la ensaladilla de wasabi buenísima y para mi el bocadillo de tortilla de queso con anchoas y tomate esta de 10.
Francesc Recasens Mestre
+5
Un 10, por su ubicación y sobre todo por su equipo, que es fantàstico. Ideal para tomar algo, disfrutando del tiempo que pasas con amigos en ese entorno verde del Parque Grande. Gran terraza. Un oasis en la ciudad.
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