Buena comida , en general. No hay menú del día, sólo carta. Raciones un pelín justas, en algunos platos, no en todos. El vino puede ser en copa ( Luis Cañas Crianza, Baigorri Crianza), y a buen precio ( 2,30€/copa). Estuvimos 2 adultos comiendo un día, al mediodía, entre semana. Cobran el servicio de pan, muy bueno por cierto ( 2€ por mesa ). El agua , es de botella de 1 litro marca Numen, a 2,50€. Relación calidad -precio, buena ( un pelín caro algunos platos: el donut de carrilleras (bastante justo en cantidad), y la tarta de queso (14€) , que sólo la tienen ya como opción para compartir entre 2 ( de ahí el precio). Lo lógico es que tendrían raciones de tarta individuales. Comenzamos con un aperitivo gentileza de la casa: pulpo en espuma de patata ( un pulpo picado en el fondo, cubierto de una crema de puré de patatas con pimentón). Muy rico y sabroso, la verdad. Pedimos varios platos para compartir entre los comensales: un par de cremosas y ricas croquetas de carabineros, continuamos con un exquisito milhojas de patatas bravas ( fantástica interpretación del clásico, a modo de capas de patatas fritas y huevo, con la salsa por encima, en forma de lingote), seguimos con la lasaña de carne de vaca madurada al estilo cajun ( rica y sabrosa, en forma de bola rellena, con la salsa por encima y alrededor), finalizamos con el excelente donut de carrilleras ( un taco de carrilleras desmigado, con forma de donut y cubierto de salsa ). Para rematar, y saciados más que suficientes, la tarta de queso para 2 , se nos hacía excesivo, tanto en tamaño como en precio. Así que, nos decantamos por una rica torrija caramelizada , bañada en crema pastelera creo y un café con hielos . En general, muy bien y recomendable para ocasiones especiales, ya que el precio medio sube a 30-40€ por persona, no por la impresionante calidad de la comida. Esas piezas de carne madurada, expuestas en las neveras del comedor, prometen una nueva visita carnívora.