Local pequeño muy bien cuidado y decorado con madera. Tiene un par de mesas altas adosadas a la barra muy cómodas, además de las mesas convencionales. La carta no es muy extensa, pero los platos están muy sabrosos y muy bien presentados. Ensaladas y tomate a la cazuela son muy buenas opciones. La atención del personal me ha gustado, rápidos y atentos.
Fuimos a cenar, pedimos la ensalada de burrata, estaba espectacular. El encampotado también estaba muy rico. El croque Monsieur... Nada del otro mundo. El ambiente era bueno, el servicio estuvo bien pero la camarera... Tuvimos que estar esperando varias veces a que dejara de fumar con el vaper y dejara de hablar con alguien de la calle para que viera que estábamos llamándola porque no se daba cuenta entre unas cosas y otras. Por lo demás todo bien, aunque no tienen mucha oferta, es más para tomar algo y pinchos.
Un sitio ideal para tomar una copa y comer algo. No podéis perderos el vermut de la casa o los pintxos. Las cazuelitas son ideales para compartir. Aunque estén abiertos casi todo el día los platos calientes (la cocina) sólo está abierta de 12 a 15:30 y de 20 a 22:30. Pero si vais fuera de ese horario no os preocupéis siempre podréis pedir pintxos con un vermut o un vino o una cerveza si ese es vuestro veneno.
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