Hacía tiempo que no comíamos tan bien! Hemos salido encantados de este restaurante familiar, acogedor y centrado en la calidad por encima de la cantidad (apenas tiene 6-7 mesas). El cariño con el que se desviven en servirte y atenderte, te hacen sentir como en casa. Una bodega bastante amplia y una carta que, sin ser muy extensa, está lleno de muchísimos matices y sabores. Cenamos un tomate con paleta para empezar y compartir, siguiendo con las carrileras y el arroz meloso con hongos. Inmejorables: deliciosos y raciones suficientes. Los postres caseros y elaborados, de muchísima calidad y siguiendo con los sabores y matices, en nuestro caso la torrija y el arroz con leche. Finalmente, el precio muy ajustado y muy acorde al producto y la elaboración que se requieren los platos. ¡Sin duda volveremos!
BRUTAL!! Increíble, cocina y servicio! Bacalao Riquísimo , nos lo emplazaron par compartir ! Y Manitas super recomendadas ! Y el postre de los postres …. Crumble de manzana y uvas!!
Una carta muy apetitosa!!
Una comida muy agradable en la terraza. Son muy amables. Se toman tiempo en explicar los platos y no te puedes resistir a pedir todos. Cuando llegan a la mesa no defraudan, los que tomamos estaban todos deliciosos.
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