Sitio espactacular. Muy buen trato por parte del personal y la paella esquisita y muy abundante. Merece la pena y lo recomiendo 100% encima son precios muy asequibles viendo la calidad de la comida
Carlos Enrique Fernández García
+4
Restaurante tipo bodega.
Baños limpios, con secador de manos eléctrico, dispensador de jabón.
Accesible el restaurante para gente con silla de ruedas, pero el baño no, ya que no es espacioso y además tiene un pequeño escalón.
Manteleria y servilleta de papel.
Pedí un menú del día.
Varios primeros y segundos, en el primero, me decanté por una tortilla guisada, muy sabrosa, tenía a mayores alguna seta, varios langostinos pelados y un poco (muy poco, para mi perfecto) de carne.
Para el segundo pedí un entrecot, perfecto. Estaba al punto. Acompañado de unas patatas fritas y un poco de lechuga.
De postre pedí algo casero, me leyeron la lista de postres que ellos hacen y pedí cuajada. Normal. Sabrosa, pero normal.
Precio 11 euros. Buen precio. Las camareras muy agradables.
El local te da la posibilidad de comer dentro en la bodega o fuera en una terraza cerrada.
Tuve que haber comido ne la terraza, ya que en la bodega no hay señal de teléfono al estar bajo tierra.
No hice fotos. Y ya he comido otras veces. Os aconsejo puerros a la parrilla dos salsas, muy sabrosos.
El local no abre todo el año, y si no recuerdo mal, cierra en invierno.
Mi puntuación, 8 sobre 10. Eso es casi sobresaliente, y yo no suelo dar ningún 10.
Si lo que uno quiere es buena comida y raciones generosas, aquí las encontrará sin duda, los precios no son descabellados, el servicio es correcto y la decoración, aunque no muy cuidada, tiene cierto encanto.
Todos los platos estaban deliciosos, pedimos unas alcachofas con jamón, una sopa de ajo, pulpo, lacón (tipo codillo), vino y gaseosa para acompañar todo y la cuenta fueron unos 38€.
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