Un maravilloso fin de semana en Toledo tenía que terminar por todo lo alto, estuve más de una hora buscando un restaurante en el que degustar un cordero asado, todos tenían un pero, hasta que encontré el Restaurante Horno de Miguel. Nos presentamos el domingo a las 14:00 sin reserva previa, a la entrada preguntamos si tenían mesa disponible y nos acomodaron en el primer salón en una mesa para dos, el restaurante está decorado con un gusto exquisito, todo súper limpio y el personal super atento a la vez que amable, todos a la altura de un restaurante que pocas valoraciones tiene para ser el mejor sin duda de todo Toledo. Miguel, el dueño del restaurante nos saludó y comentó los platos fuera de carta, recomendando como segundo plato el cordero asado, el plato estrella de la casa. Nos ofrecieron un aperitivo delicioso, acompañado de aceite en tres variedades, virgen extra solo, con miel y con sal rosa del Himalaya. Pedimos una ensalada de tomate con ventresca, la calidad y cantidad era muy buena. Una vez terminado el entrante. Miguel, nos presentó el cordero asado, estaba acompañado por unos pimientos verdes y unas patatas caseras de primera categoría, a primera vista todo tenía una pinta estupenda, nos sirvió los platos con un buen hacer y profesionalidad que pocas veces he visto. Su mujer estuvo muy atenta con nosotros, un encanto, ambos de 10. Solo puedo decir que es el mejor cordero asado que he probado nunca, por suerte he estado en lugares de renombre de toda España para comer este delicioso manjar, sin duda alguna puedo asegurar que es espectacular, una verdadera delicatessen, la cocción es perfecta, la textura de la carne es tierna y en su punto, el sabor espectacular, me quedo sin palabras para poder describirlo. Si están por Toledo y quieren probar un cordero asado digno de varias estrellas Michelin, visiten el restaurante de Miguel y quedarán tan satisfechos como nosotros, un 10 en todos los sentidos.

Tomarte algo desde este restaurante viendo el puente de san Martin y el casco de Toledo… no tiene precio. Comer un buen asado en su horno tradicional es inolvidable. Volveremos.