Hace poco más de un mes, celebramos nuestra boda en el Torreón de la Juliana, y lo cierto es que nuestra experiencia con ellos ha sido inmejorable. Para empezar, teníamos la dificultad de hacer la mayor parte de los preparativos desde la distancia, ya que mi esposo y yo vivimos en USA. Sin embargo, Rocío, Juana y Mercedes se portaron muy bien con nosotros desde el principio y nos lo facilitaron todo. A través de email y mediante la ayuda de mi familia, que sí vive en Sevilla, fuimos preparándolo todo. La prueba del menú fue excelente, y allí conocimos a nuestro metre, Rafael, que nos brindó un servicio fantástico. El primer plato lo tuvimos claro desde el comienzo (recomendamos el timbal de salmón, especialmente para bodas en verano como la nuestra, porque refresca mucho y está buenísimo), pero en el segundo teníamos dudas. Al final, nos dejaron hacer algunos cambios en la guarnición del que escogimos para que estuviera más a nuestro gusto. Para sorbetes y postres nos ofrecieron la posibilidad de escoger dos (mitad y mitad) y así lo hicimos. El día de la boda, a pesar de los obvios nervios, todo fue a pedir de boca. Nosotros celebramos allí tanto la ceremonia como el convite. La zona de la ceremonia, que fue en el patio andaluz, estaba preciosa. Muy sencilla y elegante, que son las dos cosas que nosotros buscábamos. Tras la ceremonia, pasamos a la pérgola de nuestro salón para los aperitivos. Para empezar, el servicio fue excelente desde el comienzo. Una de las camareras estaba incluso pendiente mía para que comiera (me decía “come, que luego las novias siempre se quedan sin probar bocado”), así que se aseguró de que yo probaba un poco de todo. En cuanto a la cantidad, perfecto. A medida que las bandejas se iban acabando, salían más constantemente durante toda la hora. Definitivamente, nadie se quedó con hambre. Finalmente, hicieron pasar a los invitados al salón (el nuestro era el Adriano, porque teníamos una boda pequeña, con unas 85 personas) y luego nos hicieron entrar a nosotros. Desde ese momento de entrada en el salón, Rafael fue indicándonos todo (champán y brindis, llegada a la mesa, corte de tarta…) y se portó fenomenal. Nos hizo la noche mucho más fácil, porque es difícil estar pendiente de todo ese día. La cena fue muy muy bien, todo el mundo nos hizo cumplidos sobre el servicio y la cantidad de comida (nosotros añadimos las bandejas de langostinos en mesa, que eran un extra pero definitivamente vale la pena). Finalmente, tras el corte de tarta, el reparto de regalitos y demás, se abrió la barra libre y bailamos como locos durante 4 horas. Nosotros teníamos también incluida la recena para la barra libre, y fue algo que los invitados agradecieron mucho, especialmente cuando dieron las 2 y las 3 y la gente no sólo quería beber, sino tomar algún snack.
En definitiva, nosotros personalmente tuvimos una experiencia excelente en el Torreón y lo recomendamos sin duda. Yo había visto buenas referencias antes de contratarlos y eso nos ayudó a decidirnos por ellos, especialmente después de conocerlos y también de ver que es un negocio familiar. Poco antes de nuestra boda, sin embargo, leí un par de malas reseñas recientes en internet (especialmente quejándose del servicio) que me dejaron intranquila, así que lo hablé con ellos. Me comentaron que había sido un grupo de una graduación con el que habían tenido problemas y que, como represalia, habían decidido escribir esas reseñas negativas para boicotearles. Yo, obviamente, les tenía que creer, pero fuera verdad o no, personalmente no tengo queja alguna de su servicio. Al revés, les agradezco muchísimo que nos ayudaran a tener una boda tan bonita y agradable y de la que disfrutamos tanto. Y bueno, como es de biennacido ser agradecido, mi manera de agradecerles esto es a través de mi reseña, que es muy positiva porque realmente creo que se lo merecen.
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