La comida genial, muy rica. Aunque el ketchup y la mostaza hay que pedirlo porque si no, no te lo dan.
El servicio un poco lento. Además de tener que pedir en la máquina táctil (que no nos seleccionó ni las patatas ni la bebida) y después de estar tanto tiempo esperando, sólo teníamos las hamburguesas y servilletas, así que, teniendo en cuenta lo que nos pusieron en la bandeja al final, tardaron todavía más.
En cuanto al ambiente. Mucho ruido y jaleo. Yo soy autista y tuve que comer fuera en la terraza.
Una terraza donde no da el sol porque está muy mal planteado arquitectónicamente hablando y, en la que se generan remolinos de viento que hacen que todo vuele y se caiga (por la posición geográfica)
Brindan un buen servicio pero podrían ser un poco más rápidos, en general las mesas y los aseos están limpios.
No te dejes engañar por lo que ves en la planta baja, en la segunda planta hay una amplia zona con mesas, aunque allí podrían mejorar la iluminación ya que es un poco oscura, sobre todo en la zona de juegos, motivo por el cual algunos niños no lo disfrutan. Un punto a favor, es que tiene algunas mesas al aire libre.
Las hamburguesas son muy sabrosas, dentro de las opciones de cadenas de comida rápida, éstas son lo más parecido a unas hamburguesas caseras, y las patatas siempre perfectas. La bebida es refill, por lo que puedes consumir toda la que desees.
Los regalos con la cajita infantil están bien, no se van a la basura apenas llegar a casa, y eso ya es bastante.
Con el calor que hacía se agradecía un montón que estuviese fresquito dentro. Nos atendió Yasmina ( si no es así que me perdone! ) y una empleada excepcional. Un trato impecable…. El ambiente en estos sitios se refleja en cómo trata el empleado al público. Gracias!
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