10/10
Fuimos al lugar a comer en la noche en blanco, a la hora del almuerzo, nos recibió Yelena, la chica súper agradable buscandonos solución dado que estaban con bastantes reservas y además una calidez y una cercanía en el trato que se me hizo como visitar a una amiga en su trabajo pero siempre centrada en su trabajo. La comida genial, nos comentó los platos del día y fueron saliendo con buen ritmo, sin pausa, pero sin prisa. Nos pedimos varios platos: escaldón de costillas y piña, queso asado, croquetas, Huevos rotos, solomillo encamisado y dos postres (Coulant de chocolate blanco y tarta de queso con mermelada de kiwi). De sabor la comida espectacular, seguro repetiremos, además todobese tinglado de comida y algunos de ideas originales fue 68 euros con un agua grande y una Coca cola. Súper contenta con el lugar cálido y acogedor, el personal y la comida. Repetiremos. (no hay foto del solomillo, porque al final lo tuvimos que pedir para llevar, pero nos supo en la cena incluso recalentado)
Me sorprendió gratamente. El camarero muy amable, sabe atender las peticiones específicas y la cocina es muy buena. Es un sitio tranquilo y agradable, apartado del bullicio del centro de la laguna, lo que se agradece, pero suficientemente cerca para ir caminando desde el casco.
Recomendable, aparte del escaldón, la pata asada a la majorera, las gambas de la casa (con algo de picante) y el lomo alto.
Buen sitio y buen ambiente.
El. Personal amable y rápido al servir las comandas. Las raciones, adecuadas.
El cocinero tiene buen punto en la carne, en su justa medida de como se le pide.
Los postres, espectaculares y con raciones abundantes. El coulant de chocolate muy bueno, pero la tarta de mango es espectacular.
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