Fuimos a cenar un grupo y probamos bastantes cosas. Nos pusieron unas cestas con panecillos rústicos, los cuales estaban recién horneados y muy ricos. Como entrantes probamos la focaccia de tomate con sardinas marinadas, grana padano y vinagreta de frutos secos con miel (muy rica), los huevos rotos con jamón ibérico, tomate y provolone (riquísimos, con las patatas crujientes por fuera y blanditas por dentro), la focaccia con tomate, speck, pesto y burrata (riquísima, mejor que la que tiene sardina) y en la ensalada affumicata (con melocotón, tomate seco, speck, scamorza, grana padano y vinagreta de frutos secos con miel, muy rica). Como platos escogimos varios, entre ellos el solomillo de ternera acompañado de pimientos y patatas fritas (increíble, para no ser un sitio de carne el punto perfecto y la carne riquísima), la pizza de boletus y setas con jamón ibérico, huevo a baja temperatura y grana padano (lo que menos nos convenció, quizá más horneada mejoraría) y los giganti de cordero en salsa de PX y foie (muy ricos, aunque un poco pesados). Como postre probamos el lingotto di carota y lotus (un bizcocho de zanahoria y nueces con queso fresco y lotus), la cual nos gustó. Salimos todos sorprendidos porque no nos esperábamos que nos gustase tanto la comida, y junto al ambiente y la atención recibida hicieron una experiencia perfecta.