Lugar muy típico, pero con luces y sombras. Atendido por camarero poco empatico. Da la impresión que tienes que dar las gracias por entrar. Oreja, croquetas, pimientos, muy buenos y precio adecuado. Pulpo duro, caro y ración escasa para el precio.
Aunque pequeña buena y acogedora taberna, limpia y con buen servicio de tapas. La tortilla y los boquerones resultaron aceptables. El vino blanco plurivarietal elaborado por los propietarios del local a un precio razonable. Aunque no tiene precios en la lista de tapas, todos son baratos, por ejemplo por la tortilla para cuatro cobraron 4,5€.
Una taberna auténtica, en el corazón del barrio judío de Ribadavia. Unos muros de piedra que seguramente vieron beber a mucha gente durante siglos.
Recomiendo el jamón asado (lo preparan de manera exquisita) que con ese pan gallego auténtico no puedes dejar de mojar en la salsa. Todo ello con un riquísimo vino Xoven fresquito!!!
Calidad precio excelente. Bueno y barato.
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