Una buena experiencia culinaria para un restaurante con proyección. Nos encontramos con una carta extensa y variada, buenos productos y perfecta elaboración. La albóndiga de centollo destaca y el resto de emplatados cumple con creces con lo esperado. Buena carta de vinos. El ambiente del local es agradable y la atención en sala perfecta. Para repetir.
Excelente experiencia culinaria. Local muy acogedor. Sabores espectaculares. Cocina abierta muy limpia dónde puedes ver al cocinero trabajar. Cada plato superó nuestra expectativa. Trato muy amable del personal del restaurante y excelentes recomendaciones. Producto local y de temporada. Nunca probé unos callos con tanto sabor. Repetiré sin dudarlo.
A la entrada de Posada de Llanera, en el local que antes ocupaba "La Corriquera", está decorado con mucho gusto y sin estridencias, con la cocina a la vista. Excelente atención por parte del maître, aconsejando muy bien sobre platos a pedir y cantidad. Carta corta pero con opciones suficientes. Buena selección de vinos, para cualquier bolsillo y posibilidad de servir por copas. Como aperitivo de cortesía nos sirvieron unas aceitunas de Kalamata aliñadas. Los platos a compartir los emplatan por separado, un detalle muy agradable. Pedimos para compartir un roast pork con puré de patata y jugo del asado, del que no dejamos ni una gota, rebañando con un pan riquísimo. También media ración de croquetas, muy cremosas casi líquidas. Como principales, albóndigas de ciervo con pera y lubina con trigueros y tomates cherry en el caldo de sus espinas, ambos platos con una textura muy fina y en su punto. Para rematar, tarta de limón con helado de cítrico y pannacotta con frutas impregnadas, que fueron lo mejor de todo lo pedido y eso que lo anterior ya había sido exquisito.
Junto con un albariño Lolo y café, no llegó a 50€ por persona, buena relación calidad precio.
Sin duda, para volver y recomendar.
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