Lugar acogedor. Buen ambiente. La comida muy variada y con sabores únicos. Platos tradicionales de cada provincia que compone nuestra tierra.
Los empleados serviciales y el dueño es una persona como pocas hay en éste mundo.
Apto para acudir con familia, amigos e incluso sólo, ya que se hacen familia y la compañía nunca falta.
Recomendado.
Llegamos pronto y había sitio suficiente para almorzar. Los camareros muy amables y la comida que pedimos llegó muy pronto, además bastante bueno, la pena es que de algunos platos que queríamos probar ya no quedaba. El baño muy limpio y muy buen ambiente en general. Al pedir la cuenta nos invitaron a unos chupitos, un detalle por su parte. Tiene terraza exterior y salón interior. Se puede aparcar cerca, aunque no es que haya aparcamiento de sobra, mejor ir pronto para asegurarte un sitio.
Los sabores tradicionales de siempre mezclados con innovación y creatividad. Magnífico pulpo a la andaluza entre otros muchos platos. Todo mezclado con y trato cercano y familiar que t hace repetir y sentirte con confianza y como en casa
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