Alejandro Montero Navarro
+4
Acudimos a cenar a este restaurante, calados de agua por el diluvio que había estado cayendo en el pueblo, y acertamos de lleno comiendo aquí. Pedimos dos hamburguesas a un precio de 10€ cada una, muy ricas y traían queso de O Cebreiro con una textura y sabor impresionantes. El ambiente también me gustó bastante, tenían puesta muy buena música y la camarera que nos atendió fue muy educada. Le quito una estrella porque el servicio fue un tanto lento bajo mi punto de vista.
El sitio es muy bonito, desde la terraza tienes unas vistas increíbles. Dentro el local es muy acogedor, todo en madera. El servicio es encantador, amables, educados y buenos profesionales. Tuve la desgracia de presenciar como unos turistas suizos montaban un escándalo y faltaban el respeto a la camarera y demás miembros del servicio y como mantenían tablas y buen trato cuando tenían el restaurante lleno entre peregrinos y gente de la vuelta ciclista .
Sin duda se merecen mi admiración y volveré todas las veces porque la comida es...!!! Probad el queso porque es espectacular!
El pulpo estaba delicioso y me gustó la naturalidad con la que tratan a la gente. Una de las cosas con las que me quedo es que tenían a un cachorrito y lo trataban como a uno más de la familia y obviamente poniéndole límites y enseñándole dónde puede estar y dónde no. Un rato muy agradable, repetiré sin duda.
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