Las pizzas muy muy buenas. Faltó un fondo musical que acompañe el ambiente para no escuchar cómo mastica el de al lado. Se los ve buena gente. No es fácil aparcar. Quizás una lavadita de cara por dentro al local no vendría mal, sugerencia : ventanas....
La comida de este sitio es espectacular. Pedimos los gnocchi boloñesa y la pizza n° 70 (nata, cebolla y roquefort). La pizza es más pequeña de lo normal pero los ingredientes son de buenísima calidad y llena bastante, diría que es para una persona pero te quedas muy satisfecho. El plato de gnocchi estaba tremendo, vienen con su tarrito de queso en polvo para echarle al gusto. La salsa se nota que es casera, muy sabrosa, y los gnocchi muy blanditos. Por otra parte, la camarera es un verdadero encanto. Nos atendió de una manera muy cercana y cálida, haciéndonos sentir en casa. Al terminar de comer nos ofreció algo de postre o un cafelito, una delicia de persona con sus clientes. Con la cuenta nos trajo también unos caramelos riquísimos. El local es bastante acogedor, tenían el aire acondicionado puesto porque fuera hacía algo de calor y más a mediodía. La música de fondo era relajante, tranquila, invitaba a comer con calma y fomentaba una buena armonía. Si pasamos otra vez por Palma no dudaremos en repetir otra vez esta experiencia tan agradable y exquisita 🤤
Restaurante pizzería familiar. La chica que atiende es muy agradable y el servicio es rápido.
De entrante pedimos una fuente de Nachos con queso y cumplen de sobra. Son exageradamente grandes, así que deberían quitarles el apodo familiar y llamarles "Ignacios con queso".
La pizzas son de tamaño individual, no tan grandes en proporción como los Nachos pero suficientes. La masa es fina y está muy buena, los ingredientes son más abundantes que el turismo en la Isla, que ya es decir.
Volvería sin dudarlo, ya que para rematar, los precios son muy adecuados.
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