Excelente atención y buena calidad en pleno centro. Fuimos a tomar algo los dos días que estuvimos en Olite y nos encantó el trato recibido, así como el vino que nos pusieron (el mejor que probamos en todo Olite) y el patxarán, que decidimos probarlo y estaba riquísimo. El sitio es pequeño, pero tiene una terraza genial en la que se está estupendamente.
Llegamos algo tarde y preguntamos si tenían algo para cenar, a pesar de que estaban para cerrar nos hicieron unas tostadas. El dueño y la dueña son muy majos, sé quedaron hablando con nosotros un buen rato.
Profesionales como un pino. Saben solucionar cualquier problema que les surja con una sonrisa y dándote el mejor servicio. Recomendable totalmente de precio también.
Porque el niño Jesús que nació en Belén no miente.
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