Sinceramente me parecen pocas estrellas las de este hotel, las habitaciones son espaciosas, las camas cómodas, tienen secador y te pueden dejar plancha de ropa, relación calidad precio está genial ya que está súper bien ubicado a 2 minutos andando del Balcón de Europa. Las vistas de la piscina una pasada ya que puedes ver el mar. Una única pega en cuanto a la piscina es sinceramente los GUIRIS, ya que hay unas normas bien claras de que no se pueden meter flotadores y ellos hasta se bañan con ropa, gorros y se beben la cerveza dentro de la piscina. En teoría no se pueden reservar las tumbonas, pues ellos plantan las toallas a las 9 de la mañana en cuanto se abre la piscina y se vayan a comer o no, dejan todas sus pertenencias allí sin dejar las hamacas libres para otras personas. Se apoderan de todo y nadie les dice nada. Sin contar con que la piscina se cierra a las 21.30h y mismamente anoche a las 01.30h estaban allí disfrutando de un baño nocturno a puerta cerrada. En cinco noches no se nos ha ocurrido subir a bañarnos más tarde de esa hora ya que sabíamos que estaba cerrada, lo que no entiendo es porque ellos pueden disfrutar de eso a puerta cerrada y los demás clientes del hotel no. Debería haber más vigilancia en cuanto a ese tipo de cosas y que se respeten más las normas, por lo demás todo perfecto.