Pasábamos por la zona y nos atrajo su variedad de pescaitos fritos. Los precios correctos en función de la cantidad-calidad. En cuanto a la comida los calamares y las puntillitas dignas de la capital del pescaito frito. Se notaba que eran frescas y bien frit@s, en cuanto al cazón algunos trozos tenían un punto alto de amoniaco (quizá por la falta de macerado). La tapa de ensalada ucraniana (a eso no se le puede llamar ensaladilla rusa) no estaba mal pero podría vivir sin ella.
Nicolás J. Urruchi Zúñiga
+5
Ya son varias las veces que he estado en este restaurante, hay días que tienen show musical en directo, cuando recibo vistas de amigos, compartimos el pescaíto frito y las demás delicias del mar 🌊🌊🌊, la propietaria, además habla francés.
El sábado estuve almorzando en este lugar. Tiene sol y sombra y muchas mesas altas y bajas fuera, así como mesas dentro. También un montón de personal muy atento. La comida muy buena: Pedimos ensaladilla rusa (casera), pulpo frito (te lo ponen con tijeras para cortar), zamburriñas y pincho de atún. Mención especial a estos 2 últimos, hay que pedirlos sin duda! Aunque todo estaba bueno, género fresco y de calidad. De beber caña que era enorme y por sólo 2€. El baño limpísimo y el precio 17€ por cabeza por terminar bastante llenos. Volveremos sin dudar! Tras intentar ir antes a otros locales famosos de la zona que estaban abarrotados, aquí pudimos sentarnos sin problemas y estar tranquilos. Una muy grata sorpresa!
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