Hoy he ido con mi pareja e hija perruna a este local, donde han atendido a nuestra peludita con el mismo cariño y simpatía que a nosotros. Es un local encantador, aunque de no ser por la pandemia nos consta que lo sería más (en tema decoración y ambiente). Además de mensajes y reflexiones veganas por todo el local, exponen cuadros para recaudar con su compra a favor de asociaciones animalistas, y también tienen una tapa solidaria cuyo pago irá destinado a una causa (hoy por ejemplo era para ayudar a una perrita). Tienen tanto terraza como sala, y abren casi todo el día ininterrumpidamente, algo beneficioso para quienes salimos de trabajar tarde y no encontramos locales para comer a las 15:00 o 16:00. La carta es SUPER diversa, para ir 30 veces y probarlo todo. Nosotros pedimos como entrante la tabla de chorizo, salchicha, aros de cebolla y pinchitos, que los presentan con una especie de mayonesa y palitos de pan. Como entrantes nos decantamos por el campero de seitán adobado y la hamburguesa flash (de bacon y muchas cosas mas), ambos platos con la salsa y patatas fritas de guarnición. Y de postre, pedazaco de tarta de chocolate QUE MADRE MÍA. De beber, un agua mineral del tiempo y un Green Cola (bebida simulación de la Coca Cola, pero no relacionada con esa empresa y endulzada con estevia, con cero azúcares). Todo en total, unos 35 euros. He sido plenamente feliz durante 1 hora y media que he estado allí, y le han puesto agua a la pequeña, además de regalado carantoñas. La chica que nos ha servido ha sido muy atenta, simpática y amable, además de avisarnos con antelación y vía WhatsApp de que no podían aceptar pago con tarjeta debido a problemas técnicos. Os recomiendo visitarles una vez por lo menos, porque el balance en cuanto a trato, calidad y precio, es positivísimo. Nosotros ya estamos deseando volver.