Un lujo de chiringuito en pleno Mazagón. Digo que es un lujo porque para ser un chiringuito es bueno, bonito y barato. He ido dos veces a almorzar. Siempre se llena. De hecho, en temporada alta te recomiendo que reserves al menos un par de días antes en fin de semana y un día antes entre semana. Las reservas las hacen para las mesas bajas. Tienen mesas altas con taburetes sin reserva y sin lista de espera (si ves un libre, la puedes coger sin problema). El servicio de cocina funciona a las mil maravillas, es muy rápido. Lo mismo opino de los camareros, son muy profesionales, ágiles (nunca los ves con las manos vacías, siempre están trayendo y llevando platos, vasos y comida) y agradables. El encargado, el señor que coge las reservas, también es encantador. De la carta recomiendo: coquinas (sin nada de tierra, cosa que es casi excepcional), tortillitas de camarones, sardinas asadas, tomate aliñado, pimientada, patatas fritas (de las caseras, nada de congeladas), chocos, adobo, boquerones, patatas aliñadas… pero sobre todo, los pulpitos fritos (muy ricos). Me han hablado genial de los postres caseros que tienen, pero tengo intolerancia a la lactosa y no podía probarlos. Sirven copas y café. Dejo fotos de la carta, pero no veo que tengan precios excesivos. Por menos de 20€ he comido las dos veces. Por todo lo anterior, pienso volver más veces a este sitio.

Es un sitio estupendo para almorzar, tapear o cenar. Especialistas en pescado frito, tienen una variedad de productos muy frescos y ricos. Lugar muy recomendable para ir con niños ya que tienen de todo y para todos. El personal es muy amable y atienden muy rápido a pesar por la carga de trabajo que tienen ya que el Cherengueti es un éxito! Gracias a todos por tratarnos tan bien.