La experiencia ha sido inolvidable. Es cierto que el restaurante al estar dentro de una de las zonas más emblemáticas de Madrid se sube de precio pero merece la pena. Es un patio interior por lo que hay gente pero no mucha, hay tranquilidad y no pasan coches. Culturalmente es precioso ver los edificios y estatuas mientras se come y en la plaza podrás encontrar multitud de artistas exponiendo su arte incluso si tienes suerte hasta música. Es una zona muy segura en la que pasa la policía.
Los baños me sorprendieron (fui al baño a gusto jajaj) los cuales son gratis y están muy limpios. Recomiendo sentarse fuera, no se pasará calor gracias al gran número de sombrillas.
El trato muy amable. El camarero siempre nos atendió con una sonrisa e incluso nos dio tema de conversación sin ser incómodo. Nos ofrecieron para picar pan recién hecho y unas olivas con pimiento, y al final bombones de vainilla y chocolate, todo eso gratis.
La comida fue un espectáculo. Parecen platos simples pero tienen unos sabores que no se pueden replicar ni explicar. Todo estaba buenísimo, no tengo ninguna queja respecto a la comida, de hecho, el precio mereció la pena. La patata una de las mejores que he probado.
Restaurante muy recomendable, en Plaza Mayor de Madrid... La comida excelente calidad... Y un servicio profesional y amable, sobretodo el camarero de mesa... Comedor bien decorado y una buena terraza... Volveré 👌🏻
Nuestra experiencia ha sido muy buena. Con los refrescos nos han traído aceitunas, y la comida estaba riquísima. La carne muy muy rica y las berenjenas espectaculares. Con el café nos han traído unos bomboncitos helados.
Los baños muy muy chulos
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