Para mi, el mejor restaurante japones en Madrid por su alta calidad y precio standard.
Se trata de un local pequeñito donde la atencion personal y el trato al publico es cercano, y muy amable. El chef prepara todo en el momento con un cuidado por el detalle que eleva mas aun la calidad de los platos.
Especialmente recomendable el pez mantequilla con trufa, un autentico vicio.
Tienen menu entre semana a buen precio, lo que hace que sea una buena oportunidad para ir a probar sus platos.
Comiendo de carta, delicioso. El salmón estuvo muy rico y suave. Cantidad buena, no demasiado abundante. Y eso que soy de buen comer. El trato es muy bueno, con muchas ganas de agradar. Muy recomendable.
La calle y el barrio directamente como que desaniman pero el sitio merece la pena. Entrada luminosa con una sala pequeña pero bien distribuida con una barra donde trabaja el sushiman, por cierto rápido y eficiente, una cocina en el piso superior, funcionan con un montaplatos, dónde se elaboran las especialidades calientes y tempuras lo que redunda en que afortunadamente cuando salgas del local tu ropa no olerá como el deposito de grasa reciclada del Krusty Burger. La musica ambiental, un acierto y ahora ademas sumenle unas calidades excepcionales en la materia prima, una carta realmente amplia con guiños a conceptos de fusión realmente conseguidos, como los uramakis premium. Y para terminar unos precios ajustados hasta el límite, pues.......como que voy a repetir. El único pero es que a veces se despistan, se nota que están empezando, pero su amabilidad y ganas de agradar compensa todo. Hay que visitarlo.
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