Verónica López Rodríguez
+4
Es un puesto pequeñito dentro del mercado de Antón Martín. No hay cocina, la comida es crudivegana, creo que está bien saberlo antes de ir. A mí me gustó, a mi pareja, no tanto. A los dos nos encantó la tarta, eso sí. Es curioso, pero debes ser consciente de dónde vas.
Hacía tiempo que quería venir a probar las tartas y smoothies de este lugar y se han cumplido todas mis expectativas. Variedad, originalidad, sabor, textura, trato... ¡Todo ha sido bueno! Acompañado de buena compañía, una tarde tranquila de esas que valen la pena está asegurada.
La comida estuvo muy rica. De primero me tome un batido de banana, leche vegetal, cacao y dátiles, estaba muy delicioso, dulce y cremoso.
Eramos 4 personas y para compartir pedimos un guacamole y unos raviolis. El guacamole estaba muy delicioso porque llevaba kale y lima, lo cual le daba un toque diferente. Hubiese sido perfecto de haberlo servido con más crudites, 1 zanahoria para 4 personas es muy poco, no es una cantidad sufienciente para compartir. Los raviolis estaban ricos, aun que no soy muy fan de los quesos, asi sean vegetales.
De segundo pedi la pesto kale pasta vegetal que estaba muy deliciosa, la crema pesto estaba muy rica, un poquito salada para mi gusto personal pero nada grave. Mi pareja pidio el Pad thai que estaba también muy rico.
Sin embargo y por ello lo punteo con 4 estrellas, es que tiene la falla de todos los restaurantes veganos con platos crudiveganos, que es siempre la misma:
las cantidades.
Son muy limitadas las cantidades de vegetales, no lo digo por las salsas, pero si por ejemplo de la pasta de calabacin o los crudites del guacamole, cuando se trata de vegetales me parece que limitar las cantidades no es algo agradable y sobre todo cuando pagas un precio elevado por ello. Si te sirven 1 zanahoria o 1 calabacin por persona es muy poco. Lo entiendo de cosas como el aguacate o los frutos secos, pero de los vegetales no estoy de acuerdo ni me parece lógico.
Podría sacar mucho provecho y atraer más público mejorando la imagen del Restaurant (un sitio más ordenado es mucho más atractivo), la presentación de algunos platos y las cantidades de los mismos. Fuera de ello, Elliot fue amable y cocina muy rico. La comida estuvo deliciosa.
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