Encontramos este restaurante peruano por casualidad cuando estuvimos en Madrid en enero y nos ha encantado a mi pareja y a mí. Lo recomiendo sin duda para probar comida diferente a la que estamos acostumbrados. El sitio es pequeñito y muy cuco, a pesar de no tener mesa para ese día consiguieron hacernos un hueco. El personal sin duda fue muy amable, cálido y correcto y nos explicaron hasta el mínimo detalle de su comida exquisita. Todo está riquísimo. Además, tuvieron un guiño muy bonito con nosotros en el postre. ¡No os lo perdáis si queréis disfrutar de una buena comida!
Alucinante, la comida exquisita ��el trato excelente!! Repetiremos sin lugar a dudas!!
Un sitio muy acogedor, y a pesar de no ser una experta en la cocina peruana. Estaba de muerte todo, comi un plato de cordero con arbejas, ellos le llamaron seco si no me equivoco... y estaba divino! Pa chuparse los dedos. El señor muy respetuoso y familiar, muy atento, la camarera joven tambien muy maja.
Volvere sin duda y mucha suerte��
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