Fuimos con unos amigos que ya habían estado y la verdad que después de realizar el descenso del Órbigo, fue el mejor colofón del espectacular día. Comida rica rica, con muchísimos primeros y segundos a cada cual más sugerente y elaborado. Los que probamos muy ricos. Recomendable al 100%. El personal muy atento pero iban a 120 por hora. Mejor comer dentro que fuera, es más acogedor. Un buen fichaje para no dejar pasar de disfrutarlo.
Sitio chulo cerca de parque y piscina fluvial. Tiene muchas mesas dentro y luego terraza. Menú 24€ bebida aparte por ser festivo. Tiene para elegir unos 20 primeros y 15 segundos, unos 10 postres, todos riquísimos, muy elaborados y bien presentados. Lo único negativo fue la espera entre plato y plato, más de media hora, por la cantidad de clientes k tienen.
Una experiencia muy sabrosa. Cocina rica y cuidada. Sabor tradicional con destellos sorprendentes. Un placer para cualquier paladar, con una carta que se adaptará a todas las sensibilidades y gustos.
En las fotos adjuntas os muestro nuestra elección.
Respecto a los entrantes, cabe destacar la calidad excepcional, donde despuntan el sabor del tartar de trucha y la profundidad de Carpaccio, un gustazo de carne. Respecto a los segundos destacaría el trato del producto, de excelente calidad, con toques exquisitos en presentación y cuidado. Pongo en valor el impresionante sabor de las Mollejas con Bogavante, si hubiera tenido una hogaza de pan la hubiera metido entera en este delicioso fondo, sencillamente buenísimo. Los postres equilibrados y suaves donde las sensaciones, olores y sabores, te hacen, sin querer, meter la cuchara en el plato del comensal de al lado.
Un lugar muy recomendable donde el sabor, la presentación y el trato impecable , os hará disfrutar de una muy grata experiencia.
Sin duda alguna, volveré.
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