Para pedir, como algo excepcional, pedimos agua de piña y debo decir que muy natural y con un poco de azúcar alrededor del vaso, era ideal.
Para comer, pedimos varios tequeños y tacos.
Los tequeños estaban bien, sobre todo el que tiene salsa de guayaba, aunque debo decir que para mi gusto tienen demasiada masa..
La yuca bastante bien, y los tacos también. Lo único que tardaron en servirnos, creo que no tenían mucho personal disponible en ese momento porque entramos al poco de abrir entre semana..
El sitio es pequeño, pero tiene mucho encanto. Al menos a nosotros nos gustó mucho la decoración. Por otra parte el servicio fue muy bueno y la comida nos encantó. Todo lo que pedimos estaba riquísimo, sin excepción. Nos encantó.
Solo voy a hacer una mención a lo único que no nos gustó tanto, que fue el ruido. Al ser un lugar pequeño es fácil que se arme barullo, y si el local está lleno, hace complicado escucharse, por lo que terminas subiendo la voz, y contribuyendo al barullo.
Este punto a nosotros nos gustó menos, pero no lo tengo en cuenta a la hora de valorar el restaurante, ya que lo del ruido es algo muy personal, y que yo soy una persona con una edad mental de anciano.
Buscaba un mexicano y este llamo mi atención por su decoración, pero el broche de oro fue la comida!! Todo lo que pedimos fue excepcional, nachos, tequeños, tacos , brownie, tres leches , la cerveza , TODO. Un acierto de buen ambiente y buena comida !
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