Ginés Riquelme Palazón (Abogado)
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En pocas ocasiones suelo hacer este tipo de críticas de restaurantes, pero en esta ocasión me ha sorprendido muy gratamente: el trato de propietario y servicio. El propietario, que se ha presentado, Marco, ha estado atento personalmente con cada mesa, ha atendido a todos y cada uno de los que estábamos allí.
El servicio, atento a las mesas y accesible e informativo.
Un punto a tener en cuenta es que en el centro del restaurante, puedes ver como se hace todo casero y en primera persona. Ves lo que te cocinan.
Y la calidad de los platos es excelente.
La relación calidad precio ha sido adecuada y buena.
Lo recomiendo un 100%.
La primera vez que voy , y satisfactoria.
Pedimos una ensalada , de rúcula con setas italiana ...... Muy rica , si que alomejor le añadiría algo más para completar y fuese perfecta.
La pizza estába muy buena la masa espectacular sabor y buena cantidad.
La atención fue rápida nos atendieron enseguida y la comida en su orden y sin tiempos muertos un 10.
El local está muy chulo muy limpio .
Sitio al que volveré no tardando mucho .
Una cosa para los cerveceros , tienen Estrella de levante sin filtrar .
![5]( "Recensione")
Me encantó el restaurante. Llame para reservar y les dije que tenía intolerancias alimentarias poco comunes, me dijeron que no me preocupara porque ellos lo hacen todo. Cuando llegamos el encargado de las comandas ya sabía que intolerancias tengo y me aconsejó acerca de lo que podía comer según los platos que le había dicho que me apetecía probar. Me sentí mimada porque normalmente en los restaurantes te miran de forma extraña cuando les dices que tienes intolerancias y en San Marco me hicieron sentir muy tranquila porque ellos se encargaban de todo. Pude disfrutar tranquila de una comida buenísima.
Los platos estaban preparados en el momento y eso se nota y no le ponen demasiada sal o especias. Las raciones suficientes para comer bien y no acabar lleno por lo que te puedes permitir el postre, que estaba buenísimo.
Se nota que la gente allí tiene respeto. En otra mesa un niño pequeño tiro un plato al suelo, rompiéndolo , y el encargado sin aspavientos ni mala cara, con tranquilidad lo limpio todo y acepto la disculpa de la madre, tranquilamente, sin hacerla sentir más bochorno (la pobre, estaba roja de vergüenza). Volveré.
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