Un lugar idílico para pasar una o dos noches. Un entorno muy especial y con un ambiente muy agradable. Las tiendas están bien, sin lujos pero amplias y con una cama cómoda. Nos llevamos nuestros propios sacos. Las instalaciones del camping también bien.
Fuimos al apartado de autoservicio, también está el restaurante, las cocinas son distintas entre uno y otro.
En el autoservicio, haces cola, y hay unos platos ya preparados que puedes coger directo a la mesa. Otros los preparan, y un camarero te los lleva.
Los platos del autoservicio son sencillos, comida que podrías prepararte en casa. El precio es elevado, es normal y esperable, es una isla y todo es un negocio; pero merece la pena comer allí, calentito, aunque sea una vez.
Escogimos un plato de pollo asado con patatas, una milanesa de cerdo con patatas ( este tipo de platos sobre 10 euros) y mejillones. Los platos muy abundantes, muy buenos, el de mejillones era muy grande, en Vigo por un precio similar te ponen un plato más pequeño.
Después de comer comida que llevamos al camping, la cena en el autoservicio nos supo a gloria.
Pero hay que tener en cuenta que para comer comida de otro nivel, hay que irse a un restaurante fuera de la isla.
Un camping con encanto, un entorno espectacular , limpio , las camas de las tiendas sin muy cómodas y espaciosas . La comida está muy rica , buen servicio de camareros, desde el que está limpiando bandejas , recogiendo las mesas, cobrando, cocinando ,..... Todos amables , educados y muy profesionales . En el bar y la tienda muy buen servicio y profesionalidad . Muchas actividades en el camping para niños y mayores . Un camping de 10 . Muy recomendable . No hay ruido de coches , porque no los hay . No hay televisión. . Venimos encantado . Gracias
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