Precioso local, atención inmejorable, un ambiente de 10, una decoración preciosa y unas tostadas que te quitan el sentido. Si acabas con algo dulce, lo más complicado va a ser elegir. Además de todo eso, me han encantado detalles que denotan una visión de la sociedad como a mí me gusta: aseos unisex y muy cuidados, y consideración por la familia perruna. ¡Pueden entrar! Con sus normas, claro, pero ya sabemos que hay quienes, muy humanos sí, pero mucho menos educados. Así que, es un lugar imprescindible te guste el Dulce o el salado. ¡Disfruta!
Fui a conocer la nueva Grosera y tomar un desayuno. El sitio es súper bonito, acogedor. Realizan los desayunos delante del cliente, pudiendo observar la manipulación en todo momento de los alimentos. Tienen una gran variedad de dulces y tartas con un aspecto riquísimo.
Nos atendió Evelyn, una chica encantadora, que siempre ha sido encantadora. Es la equivalente a Gandalf en el señor de los anillos, pero de ser buena persona (evidentemente no por la edad). El trato magnífico, el servicio excepcional y el cariño que desprende que es invaluable.
Es la única que hecho, que pese a la mala elección del local, merezca la pena volver a “La grosera”. Recalco esto, porque ha conseguido mantener la clientela del local original en su nuevo emplazamiento.
Pd: me debes gomitas, de todas las variantes, la próxima vez, y lo sabes :P
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