Seguro que conoces este restaurante porque forma parte de los bares de carretera emblemáticos de Almería. He ido un montón de veces cuando era pequeño, a comer la habas con bacalao, y tenía ganas de volver, quizás para rejuvenecer un poco. El bar sigue teniendo el mismo aspecto de antaño lo que hace que se mantenga la magia. No esperes ver los cuchillos con el mango de plástico amarillo, eso ya lo cambiaron. Tampoco sé si tienen a la venta los cassettes de Manolo Escobar y el Fary (tampoco es que el reggaeton sea mejor opción). Aquí puedes desde tapear hasta comer raciones o disfrutar de un menú (13 € entre semana y 19 € los festivos). Los platos que son obligatorios pedir aquí son las patatas fritas y los huevos, ambos los mejores de Almería con diferencia. Si estos los acompañas con algo de carne, combinación ganadora. Nosotros pedimos presa, muy rica, y chuletillas de cordero, no estaban mal pero el corte que tienen no es el normal (olvídate de "chuperretear" el palito de la costilla como fueses una hiena). De postre, el pan de Calatrava está espectacular. La cuenta fue de unos 20 € por cabeza (no pongo foto del ticket porque directamente no existe). Recomiendo pedir un menú que sale más a cuenta. El servicio es muy eficiente. Resumiendo ve y ponte ciego a papas y huevos, comida de "pobres" que sienta divinamente.

Excelente sitio para comer de Menú ( y de lo que se quiera) Personal con buen trato. Menú muy casero con Primer plato, segundo, ensalada, pan bebida y postre ó café a elegir (12€) Excelente relación calidad/precio. Seguro que vuelvo.