Hacía tiempo que no tomaba algo en el okela, uno de los bares emblemáticos del pueblo a mitad de itsasbide, la calle principal. Tenía muy buena impresión y recuerdo de haber comido a gusto el menú y muchas veces desayunado cuando estaba el anterior camarero. Ayer volví después de un tiempo y me atendió un señor amable lo justo, pero estaba rico el café e incluso tomé otro con un pastel de arroz casero muy rico. Y otra consumición más porque llegó un amigo y le invité también a un café y otro pastel de manzana. Hoy he vuelto, y en principio hemos pedido un café cortado y uno con leche y por favor dos vasos de agua fresca. Uno de los vasos de agua no estaba frío, y bueno, hemos supuesto que simplemente no habrá dejado el agua del grifo correr... Y sin más, nos lo hemos tomado porque hacía calor y ya está. Al de un rato nos ha apetecido otra ronda de café y he ido a pedir y le he dicho otra vez que por favor con dos vasos de agua fría. En los mismos vasos que anteriormente habíamos utilizado y que he acercado a la barra para que pueda reutilizarlos... y no ensuciar más El caso es que el señor me da otra vez uno de los vasos con agua no fría que era evidente... Y en la misma barra le he dicho ke si me podría poner un hielo en ese vaso y... En un tono muy poco cordial me ha dicho que el hielo lo cobraba a 10 céntimos Le he dicho que de acuerdo que me ponga hielo que se lo pago... Y de hecho así ha sido Ahora tiene 10 céntimos más en la caja, pero también una clienta menos seguro Es una pena que un local tan céntrico y que tiene buena cocina y buen producto y precios lo atienda en barra una persona con tan poco tacto y tan poco profesional.

Lugar céntrico en Plentzia, para comer un menú por 25€ está un poco justo. El servicio es excelente pero los platos un poco escasos. Por el sitio, cerca de la playa merece la pena.