Nunca había probado la comida peruana y fue toda una sorpresa! Me habían hablado de este sitio y decidimos probar, la verdad que fue todo un acierto. Comida muy bien elaborada, toda una explosión de sabores! Muy bien elaborada y muy bien servida. Probamos el ceviche clásico (pescado crudo marinado con verduras) y fue increíble!! Me encanto! Eso si, si no os gusta el picante, no lo recomiendo, porque a mi me encanta, y el poco picante ya me pareció potente de sabor. Las alitas con maracuyá son una pasada de ricas, y la pasta huncaina con ternera está tremendamente rica. Pedimos también aguacates a la reina, tomate aliñado, lomo salteado a lo pobre, y yuka, y la verdad que estuvo todo muy rico. Si te apetece ir de tapas, también tienen una carta muy coqueta para elegir, y merece la pena. El cuánto al servicio, se ve que no se esperaban tanta gente sin reserva para comer y fue bastante lento, quiero pensar que fue algo puntual. También diré que la camarera, para estar sola, se movía de modo muy diligente y sin parar. Probamos unos cócteles de pisco que estaban muy ricos. Por lo demás, no tengo nada que objetar. El sitio es pequeñito y muy bonito, con una decoración muy singular. Comida casera que se sale de la norma en un sitio donde sorprenderte.

Rincón de Perú en el Zaidín. La comida es auténtica, cada plato sabe como allí. El ceviche tradicional estaba buenísimo, anticucho real y lomo saltado muy sabroso. El Pisco es obligado.