Es una taberna típica de aquí de Granada. Es pequeñita y está situada frente a uno de los laterales de la catedral.
Es barata y te ponen tapa con cada consumición. Las tapas son contundentes y el pescaito frito está de muerte (de los mejores sitios donde lo hacen).
Por poner un pero diría que la primera tapa, las tortitas de calamares, las omitiría, ya que no están muy buenas, hechas desde mediodía y están blandas. Sin embargo, todas las demás están de vicio.
Además las raciones son contundentes y de calidad.
Para tres pedimos: gambas fritas; croqueta (croquetón) de rabo de toro y de puchero, estaban riquísimas; mollejas de cordero, no podían estar más buenas y sabrosas.
De tapas nos pusieron: tiritas de camarones, boquerones fritos, cazón en adobo y salmorejo, este último estaba EXQUISITO!!
Para terminar nos pusieron unos bartolillos.
Volveremos SIEMPRE.
Que decir... Entramos a tomar una cervecica y desde el primer momento el trato fenomenal, cercano y amigable. Estaba todo lleno y nos habilitaron una mesa para comer. Los camareros superior, sobre todo Johnny, nos pusimos en sus manos, que como es paisano, nos recomendó de categoría, aunque lo hace con todos, de principio a fin genial. Volveremos, muy recomendable.
Tuvimos que felicitar al cocinero personalmente, estuvo muy agradecido y amable.
Dolores Fuertes De Barriga
+5
Fuy recomendado por un compañero de trabajo y la verdad que ha sido todo un gran descubrimiento, la calidad en todo lo que probamos es excelente, la atención maravillosa y la un muy buen ambiente, precio muy bueno, más que recomendable
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