Bueno, no sé cómo explicarlo.
Primero, decir a aquellos que en algún momento han criticado a este lugar y sobre todo a sus propietarios, que no conozco que tipo de odio les ha podido llevar a escribir esas cosas, pero estoy convencido que si nos es por maldad... difícil.
Empezaré por lo que aparentemente es lo primordial, la comida. Todos los productos que han pasado por nuestra mesa de grandísima calidad y ante todo el tratamiento que Iñaki les otorga en cocina los convierten en un manjar digno de Dioses.
La decoración. Cuidada hasta el último detalle, con buen gusto y elegancia.
Los precios, lo adecuado, perfecto diría yo, acorde a lo comido.
Y me dejó para el final lo que más me ha gustado, el servicio (no lo llamaría "servicio"). He sido camarero durante 46 años y Cristina refleja perfectamente el trabajo que yo siempre he querido llevar a cabo, simpatía, educación, empatía (gracias de parte de Aguedita) , hasta el punto de despedirnos de ella (Cristina) con dos besos y una enorme felicitación al Señor Chef Don Iñaki.
Gracias a los dos, que pena que no estéis más cerca para ir más a menudo, por qué me ha dado la impresión de estar en casa de mi familia, aún así volveremos, no lo dudéis.
Ya es la quinta o sexta vez que acudo a este restaurante y como siempre, la experiencia ha sido buenísima.
Al entrar llegas a un pequeño restaurante con la sensación de que acudes a casa de los dueños, muy acogedor y agradable. La comida muy bien calidad - precio, sobre todo el bacalao y el pulpo. Exquisito. En una ocasión también pedí carrilleras, ¡ deliciosas !
Fuimos a comer porque nos lo habían recomendado. Y nos fuimos felices. Nos fiamos de las reseñas y fue un acierto.
El pulpo, el tartar de atún, las kokotxas de bacalao, el espeto y las patatas fritas deliciosas.
Pedimos bacalao 3 salsas y manitas de cerdo que muy amablemente nos puso Cris en un taper para llevar a casa, porque estábamos reservando sitio al postre. La casa te invita a foie de pato y sorvete de cava y limón. 😋 El tiramisu y la crema de arroz con leche, creación de Iñaki son una locura en boca.
Decorado con mucho gusto, petirrojos por todos lados, con las puertas abiertas al jardín invitándonos a entrar y disfrutar de su comida.
Muchas gracias pareja.
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