Las expectativas estaban altas sabiendo que el Duranguesado es una de las zonas imprescindibles para placer del paladar y la vista.
Ambiente tranquilo al llegar, entramos por la terraza del bar para disfrutar de las vistas.
El comedor es espacioso y agradable, con un ventanal que con permiso de la niebla (no en el caso de nuestra visita) hace que no quieras mirar al resto de comensales.
Hasta que llegan los platos.
Difícil decisión de entrantes, pero inmejorable el tartar maravillosamente aliñado, y la pata de pulpo a la brasa.
Entre los platos principales, bien de carne o de pescado, obviamente a la brasa, esta comensal decidió pedir el bakalao, pero quedó en una absoluta sombra tras probar el rodaballo, que de ración para 3 personas, fue el plato que se hizo imprescindible.
Cerrar con los postres que nos sirvieron hizo que la comida fuera redonda.
Buena presentación, sabrosos, y nada empalagosos. (Falta vista de la torrija, muy jugosa y también acompañada de helado de nata)
La sensación al acabar quedaba lejos de haberse pegado una de esas comidas que te deja sin poder moverte durante horas, lo que es señal de buena cocina (y quizá de no habernos pasado mucho, a pesar de ser 5 bocas de mucho comer).
Experiencia muy recomendable para una ocasión de celebración.
La comida está muy buena. Pedimos el menú que tenían de 26€. Gran calidad precio y el vino del menú estaba muy bien.
El comedor agradable y mucha ventana con vistas.
Comer en su terraza con esas vistas ha sido una maravilla.
La comida es de calidad y el trato ha sido exquisito. La camarera majísima y atenta en todo momento. El local es precioso.
El txangurro a la brasa que hemos compartido de primero estaba riquísimo. Y los segundos (bacalao, carrilleras y chipiriones) estaban muy buenos. El bacalao me ha parecido que era una ración muy abundante. Con los chipis y las carrilleras he sentido un poco lo contrario.
Destaco como muy positivo que de todo lo que nos contaba que había fuera de carta, nos cantaba precio, cosa que en otros sitios no hacen y luego te llevas el susto.
La propuesta de la carta me ha parecido que tenía un precio muy elevado. No es un restaurante para ir a menudo y he echado en falta un menú de fin de semana (desconozco si tiene menú del día tampoco).
Fuera de restaurante, en la cafetería tienes una carta de picoteo muy asequible que probaré otro día sin duda.Ademas también lo puedes degustar en la terraza con las mismas vistas :)
Les propondría añadir un cambiador de bebé en el baño, que tienen bien de espacio para él.
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