Ángel Morales González
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Lugar idóneo para tomarse una bebida y disfrutar de la puesta de sol. Las tumbonas en las que estuvimos son muy cómodas, y el
ambiente y entorno idílico. En cuanto a la comida no cenamos allí, con lo que no puedo opinar.
Ayer tuvimos el placer de disfrutar de una experiencia al aire libre en este encantador restaurante. A pesar de la lluvia, la combinación de un ambiente al aire libre y una excelente selección musical creó una atmósfera verdaderamente especial.
La lluvia no fue un obstáculo, sino más bien una adición inesperada a la diversión. Nos sorprendió gratamente cómo la lluvia añadió un encanto único a la velada y, en lugar de arruinar la experiencia, la hizo aún más memorable.
Aunque la variedad de vinos no era extensa, lo que ofrecieron fue de una calidad excepcional. Cada opción parecía cuidadosamente seleccionada para asegurar una experiencia gustativa única.
En cuanto a la relación calidad-precio, consideramos que es muy buena. Los precios estaban justificados por la calidad de los vinos y el ambiente ofrecido.
La atención del personal fue uno de los puntos más destacados de nuestra visita. Todos estuvieron geniales, pero queremos hacer un reconocimiento especial a Roxana. Desde el momento en que llegamos, nos atendió de manera increíble. Su amabilidad y profesionalismo se destacaron en cada interacción. Incluso se ocupó de nuestro cachorro, Merlot, trayendo agua fresca con hielo y asegurándose de que no nos faltara nada.
En resumen, nuestra experiencia en este restaurante fue extraordinaria. La lluvia inesperada, la música encantadora y el servicio excepcional se combinaron para hacer de esta visita una ocasión memorable que estamos ansiosos por repetir.
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Un lugar único para apreciar la belleza de la muralla en Cartagena. Su entorno es maravilloso. Tal vez mejoraría la atención de su personal, por momentos desatento y poco cordial.
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