Opiniones Restaurante Blanco

Riquísimo todo, y lo de “caro” para nada si lo comparas con la calidad de la comida y de la atención. Se nota que es un negocio familiar y se aprecia en la calidad de la comida. Nosotras comimos las albóndigas y la berenjena, las albóndigas se deshacían en la boca, increíbles. Y de postre arroz con leche, dulce pero sin empalagar. Todo perfecto, 100% recomendable.

Empezando por el vermut, con cuerpo pero suave, sin duda entra genial en un día caluroso de verano. Las croquetas de jamón tenían un sabor increíble y una textura ligera como una nube, casi costaba cogerlas con el tenedor. Los tomates de la huerta con cebolla tierna y piparra recuerdan a lo que estamos perdiendo por comprarlos en cualquier súper, éstos sabían a madurados al buen sol, al campo, a un buen tomate de tu pueblo. Todo estaba riquísimo, con un personal amable y un ambiente con encanto. Sin duda volveré.

Un ambiente increible una noche de Sábado de Septiembre 23/09/ 2023 en la noche de Cangas de Narcea. Pleno centro comercial , Calle Mayor y un trato amable y profesional del restaurante más prestigioso y con tradición de Narcea, inaugurado en 1959. Espectacular Tataki de Salmón marinado con algas wakame y salsa ponzu, unas croquetas increíbles y unos cachopines de jabalí al Oporto con boletus y puré de manzana que hacen pensar en repetir una y otra vez. Postres y vinos de otro mundo. Hasta Bollinger puedes probar, si te gusta el buen Champán. Repetir es obligatorio. ⭐⭐⭐⭐⭐

Lugar recomendable al 100%, la comida es exquisita, cocina tradicional, con buena estética pero sin estridencias. Esencia de chigre, puede resultar bullicioso pero es parte de su encanto.

Gastronomía y buen vino. Profesionalidad que protege la buena hostelería. Muy recomendable.

Excelente alta cocina mejor situado y atención. Al cliente de 10 es caro pero su precio lo compensa con todo

Hacía más de 15 años que no iba a Blanco y hoy comprobé que siguen en la misma buena forma. Comimos unos originales niguiri-causa de sardinas marinadas, rollo de bonito a la sidra, guiso de rabo de toro al palo cortado y cachopinos de jabalí al Oporto con boletus y compota de manzana. Todo a muy buen nivel. De postres un magnífico arroz con leche requemao y una riquísima versión de la tarta lemon pie. Una lástima el tener que conducir y no poder tomar algo de su famosa carta de vinos aunque tienen el fallo de no traerla a la vez que la de platos. Un imprescindible en Cangas.

Fuimos 2 personas sin reserva y en día festivo. Sin problema busco una mesa. Muy rápidos sirviendo y atentos en todo momento. La comida es muy buena y bien elaborada. Pedimos arroz Thai con gambas y carrilleras con puré trufado y verduritas. Y 2 postres sobre todo el lemon pie deconstruido estaba de lujo. MUY RECOMENDABLE el sitio.

Había visto el local paseando por Cangas y una noche entre semana me acerqué a picar algo en el bar, sin reservar mesa para el restaurante, ya que tienes las 2 opciones. El bar se mantiene tal y como se inauguró y ahora sería lo que llaman un local vintage, algo que en mi caso me encanta. Llegué un poco pronto y me dijo el camarero que la cocina no abría hasta las 9 por lo que decidí tomarme un vino mientras esperaba. El chico me recomendó un vino tinto D.O. Cangas llamado "7 vidas - parcelas singulares", que resultó un total acierto por lo rico que estaba y por lo fácil que se dejaba tomar. Llegó la hora de cenar, me explicó que había 3 platos de la carta que no los tenían y que de algunos platos se podía pedir media ración. Finalmente opté por media ración de croquetas de jamón, un cachopín de jabalí al oporto con boletus y un flan de castañas con gelatina de manzana y helado de sidra. Había pedido otra media ración pero el camarero me dijo que igual era mucho para la cena así que seguí su recomendación (esos detalles me gustan). Mientras esperaba me trajeron un aperitivo de pureza de calabaza con queso que estaba rico, para ir abriendo boca. Llegaron las croquetas, 6 unidades, en forma de bola, crujientes y cremosas pero...ni rastro del sabor a jamón. Me fastidia decirlo porque fue la única pega que le puedo poner a la cena pero...no las recomendaría, hay muchas más opciones en la carta. Pasamos al cachopín de jabalí y eso me hizo olvidar todos mis males, una carne con sabor pero muy tierna, una salsa de oporto sabrosa y unas setas muy ricas. Aquí tuve que coger un buen trozo de pan y mojar (un pan de leña muy bueno, por cierto). Y llegó el postre...madre mía que cosa más rica!!! Hacía tiempo que no disfrutaba igual, el flan de castañas estaba suave a pesar de que al llevar la harina de castañas siempre se hace un poco más pesado pero cuando lo mezclabas con la gelatina de manzana y un toque de helado de sidra...buahhh... el puntito de acidez daba vida a todo el conjunto en la boca y me hubiese comido otro postre más. Resumiendo, a pesar del chasco con las croquetas, creo que es un local muy recomendable, con buen ambiente, carta elaborada y producto de calidad. Todo un acierto!!