Casa Mar, un rinconcito de Andalucía en El Campello. Es la segunda vez que vamos y de hecho, la primera vez no pude escribir la reseña porque disfrutamos tanto que no caí ni en hacer las fotos (en esta ocasión me dio tiempo a hacerlas antes de hincar el diente a sus exquisitos platos). Un aspecto a destacar es el hecho de que los propios dueños estén totalmente implicados en su negocio. Ramón es un gran anfitrión, pues te hace sentir como en casa, ofreciendo un trato cercano y sugiriendo opciones en función del número de comensales y gustos de cada uno. Del mismo modo, su mujer, Mar, es la cocinera y… ¡qué manos tiene!. La verdad es que no sabría con qué quedarme porque está todo delicioso y se nota la calidad de la materia prima, así como el arte culinario. Destacaría el pulpo, que está para chuparse los dedos, pero la verdad es que todo lo que probamos es más que recomendable: alcachofas, pescaditos, cazón en adobo, ensalada de salazones, bacalao encebollado a la naranja, navajas… incluso el pan casero con queso en aceite, que sirven a modo de aperitivo mientras esperas la comida (debería ser pecado de lo bueno que está). El camarero también es un encanto y el sitio en sí, con azulejos al más puro estilo andaluz (son de Cúllar, Granada) es muy acogedor. Más aún, siendo una zona turística, pues a nosotros nos gusta huir de la masificación del paseo marítimo en verano (está situado en una calle paralela). No tiene terraza pero se está de lujo dentro, sobre todo a mediodía, con el aire acondicionado. En fin, son lugares que pruebas por casualidad y sabes que se van a convertir en un punto de encuentro para más de una ocasión, ya que te quedas con ganas de repetir. Y cómo no, recomendarlo a la gente que sabe apreciar la hostelería tradicional, la de toda la vida, sin postureos, ni platos con mezclas extrañas. ¡Todo un placer haber conocido "Casa Mar"!. ¡Volveremos pronto! Gracias por todo, Felicidad y familia