Un rincón escondido en el Aljarafe con mucho sabor del norte.
Los camareros y el dueño te tratan súper bien, y la comida está riquísima.
Si quieres viajar con el paladar no dudes en pasar por aquí a tomarte una buena sidra con un buen chorizo a la sidra, fabes o un riquísimo cabrales.
Volveremos!!
Siempre es un acierto comer en este sitio. Todo lo que te ponen está buenísimo y de una frescura y calidad excelentes.
La atención es muy cercana, te orientan en la cantidad de comida para no excederte. Los platos y raciones están muy bien servidos.
La fabada asturiana hay que probarla, si te gusta este plato. Te la preparan para que cada bocado sea un placer. Las zanburiñas buenísimas, las albóndigas de choco buenísimas, todo está bueno
De postre un arroz con leche de los mejores que he probado.
Un sitio al que hay que volver para probarlo todo.
Magníficos manjares, buenos productos bien elaborados y jugosos. Mención especial para el pulpo a la gallega y el atún encebollado. La ubicación es algo recóndita y de difícil localización.
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