Lo primero, aviso, que es mejor reservar si queremos comer en el exterior, solo hay 3 mesas y " duran" poco, máxime ahora que hace más calor, y comer al aire libre, junto a la ría, no tiene precio. Aunque tuvimos la suerte, de que nuestra hora de llegada, era compatible con la hora reservada de los siguientes. De todas formas, en el interior hay varias mesas. Comenzamos por unas zamburiñas, super frescas, riquísimas, un sabor espectacular. Luego el pulpo a la brasa, con patatas y salsa suave de alioli, está bárbaro....!!!, Fresco, tierno, en su punto - aunque, como le dije al camarero, un poquito más de salsa alioli, hubiera quedado perfecto para las patatas, y decir que, muy amablemente, me sugirió que podía haber pedido más salsa -, pero lo comento más que nada por apunte. Luego el rodaballo y el gallo..., de 12...!!! Si estuvieran más frescos, estarían vivos. Buenísimos.....!!!! Con sus verduritas de acompañamiento....es que no se puede desperdiciar nada. De postre....Las filloas, una especie de crepe, rellenas de crema pastelera, caramelizadas por encima con azúcar flameado, y acompañadas de una bola de helado de chocolate y natillas. Divinas....!!! Es para repetir, porque merece la pena la calidad y la cantidad. Muchísimas gracias al camarero, atento y amable en todo momento, que nos recomendó el pescado, porque está fuera de carta según disponibilidad. Y por último, decir que tienen varios menús, pero son para grupos, no se el número, no le pregunté, ya que pedimos un menú, y fue cuando nos comentó que era para grupos. Recomendable totalmente.