Una cervecería belga con muchísima variedad de cervezas de allí. El señor nos sabe explicar muy bien a cerca del tema, de lo que puede cuadrar con tus gustos.
El espacio es pequeño y suele estar lleno según la hora. A la vez, puede estar súper vazio y pasar una imagen “triste” del local - que no es realidad. La música está guay, la decoración es divertida.
Está muy bien a quien le gusta una buena cerveza.
Si te gusta la cerveza tienes que ir. Y si no te gusta también! Una carta increíble de cervezas. Hay cervezas con sabores afrutadas perfectas para los que no son muy cerveceros. La comida muy rica. Y lo mejor el trato del camarero. Déjate aconsejar por él, es un experto. Repetiremos!
Para empezar la atención es excelente, te explican muy bien las cervezas de tirador y no te hacen esperar. No está abarrotado, tienen decoración curiosa y hay gran variedad de cervezas. Fuimos tarde y ya la cocina estaba cerrada pero pudimos coger una salchichas belgas empacadas que estaban muy buenas. Volveremos a por más!
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