Es una experiencia única, excepcional en mi opinión. Alfonso, el chef, es muy cercano, carismático, agradable, sorprendente... y podría seguir. Katia, la camarera, es la dulzura personificada. Nos pusieron en una sala privada en la que nos sentimos como en casa. La comida está auténticamente buena, disfrutamos mucho del menú. Para repetir sin duda alguna.
Local ideal para una fiesta privada. Te cierran el establecimiento y te hacen un menú adaptado a presupuesto y a gustos.
Decoración muy original.
El Chef, además de atento a todas las peticiones de los comensales, es muy divertido, original y simpático.
Volveré para disfrutar otro de sus menús y de originalidad.
Muy buena relación calidad-precio.
Calidad de los productos a nivel de ALTA COCINA.
Tiene terraza interior para fumadores donde sirve el aperitivo.
Sin duda hay que repetir.
Experiencia total! Me encanta este sitio con tanta personalidad propia. Alfonso te hace sentir como en casa. No encuentras nada parecido en Barcelona. Hay clases de cocina cada martes, los grupos son reducidos y cenas mientras aprendes nuevas recetas y trucos.
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