Bar turístico situado en la zona del Raval de Barcelona. Fue nuestra primera opción a la hora de ir a desayunar, y aunque los precios fueron algo elevado(en parte debido a que es un bar dedicado al turismo) la comida y el café estaban bastante bien. Me pedí un café mediano, que tenía un tamaño más que considerable, un zumo de naranja natural, y las especialidad de la casa, las focaccia. Hay de innumerables sabores y estilos, pero yo me pedí la de chocolate para desayunar y estaba muy bien.
El café y el dulce estaban muy buenos. El precio es accesible para la calidad que ofrece.
Hay lugar para consumir dentro y fuera. Cuentan con wifi y enchufes para cargar los dispositivos.
El personal es muy amable, la limpieza es buena.
Me ha encantado este sitio, que me ha descubierto un amigo en Barcelona. Tienes una gran variedad de platos donde elegir y componer un menú de día, con la bebida y el postre. Un menú muy completo a muy buen precio a día de hoy. Yo me pedí un pollo al curry con un agua y una cheesecake y la verdad que súper feliz porque estaba muy bueno todo. Personal súper amable. Volveré de nuevo otra vez cuando pase por Barcelona
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