Es un clásico en Barcelona, quizás para algunos demasiado clásico.
He ido unas cuantas veces en los últimos 20 años, no ha cambiado en nada, tiene una decoración marinera con paneles de madera, muchas fotos en las paredes de comensales famosos, (de hace años), el local es un laberinto, pero aún así suele estar lleno al mediodía y sobre todo en el servicio de cenas, 60 personas nos dijeron que trabajaban en sala y otras tantas en cocina (yo lo encuentro un poco exagerado).
La comida está buena, el producto es de calidad, los mariscos son de primera.
El servicio es correcto, ves a los camareros arriba y abajo muy ajetreados, pero aún así yo tuve que reclamar la bebida cuando me servían los primeros platos. Es un sitio bullicioso, ruidoso, hay mucha gente y en algunas zonas los techos no son muy altos y las mesas están muy juntas.
Es un restaurante que se ha de probar, la comida está buena y el servicio es correcto, el precio algo elevado, en función de lo que pidas, no busques presentaciones esmeradas, ni platos de autor, ni el mejor arroz de la ciudad, ni una comida romántica y lo encuentro un poco antiguo para los tiempos actuales, pero aún asi algunas vez tienes que probar el Botafumeiro.
Una cena de absoluto LUJO. Si de comida de mar hablamos, Botafumeiro esta en el top 1 de todo Barcelona.
Con más de 200 empleados, siempre te sientes en un ambiente servicial. Los camareros están atentos a todos los detalles.
En cuanto a la comida solo decir una palabra: Perfección.
Recomiendo ampliamente el kings crab al horno y el arroz caldoso de bogavante.
Sin dudas, de las mejores comidas de mi vida.
Si bien es costoso, lo recomiendo ampliamente para conocer y tener una experiencia única.
Volvería a ir una y mil veces.
Fuimos con mi pareja a celebrar mi cumpleaños, precios altísimos aunque ya lo sabíamos. Eso si, todo estaba muy bueno. A destacar el pulpo a la gallega y las cigalas de Ferrol! Servicio rápido y atento. Para ocasiones especiales lo recomiendo
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