Un restaurante muy acogedor, con un servicio muy bueno. El entorno muy agradable con vistas a la iglesia, conocida como la Catedral de Arucas.
La comida muy elaborada, platos bien presentados. Hay creatividad y con personal joven y dinámico.
Muy recomendable y volveremos.
Marta Hernández Hernández
+5
El local es súper acogedor, sólo 6 mesas, lo que garantiza un buen servicio y atención constante del personal, ello implica también que sea preferible llegar con reserva (fuimos con un carrito de bebé y el espacio quedaba un poco reducido, por lo que tampoco es mala idea reservar poniendo al personal sobre aviso). Todo estaba muy limpio, y para cada plato que pedimos (a compartir cada uno) nos cambiaban el plato y los cubiertos.
Pedimos de entrante las croquetas de guiso de cabra que estaban espectaculares, cremosas y de buen tamaño y sí que sabían a carne de cabra. Nos invitaron a otro entrante: cogollos a la brasa con “ketchup” de papaya; también muy bueno, muy fresquita la salsa de papaya. Para comer pedimos arroz de calabaza y castaña, carrillera y atún, no en ese orden, pero es el orden de más a menos que nos gustara. El arroz fue toda una sorpresa de sabor a calabaza con los trozos de castaña guisada que le daba el puntito Dulce ideal. La carrillera venía acompañada con un puré de batata con mandarina que nos encantó. El atún no nos gustó tanto, fallo nuestro, lo pedimos hecho y hubiera estado más tierno cocinado al punto. De postre, teníamos que probar la tarta de queso, que era muy cremosa pero consistente.
Sin duda, la próxima vez que volvamos a la isla volveremos para seguir probando la carta.
Magnifico , una sorpresa en sus platos, sabores y presentación, la croqueta de Guiso la mejor que hemos probado, el arroz con calabaza sorprendente y la atención de la chica buenísima y sin olvidar la caballa a la brasa! Recomendable totalmente!!!! 🥳
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