Cogimos una de las experiencias con noche y cena en hotel y acertamos totalmente. Hotel en un entorno de ensueño, que te teletransporta a una especie de telenovela que echaban por la tv cuándo éramos pequeños. Habitaciones grandes, cómodas y con todo lujo de detalles. Las vistas desde ella, sin palabras. La piscina correcta, pero lo mejor es cómo está rodeada de adelfas, pinos, olivos, lavandas, que hacen que te relajes y estés en un pequeño paraíso. Dimos una vuelta con bicicletas por los viñedos al atardecer y fue una auténtica maravilla. La cena, espectacular. El comedor con vistas a las barricas iluminada tiene un encanto especial. Todos los platos muy ricos, en especial el tartar de atún y los guisantes con bacalao. Y la atención del personal...de 10. Muy atentos nos reponían pan, agua y vino sin tener que pedírselos y en todo momento preocupándose de que estuviéramos a gusto. El desayuno muy rico en el porche acristalado con las vista de todos los viñedos. Hemos estado tan a gusto que les hemos pedido a ver si nos podíamos quedar un poco en la piscina después de dejar la habitación y no nos han puesto ningún problema, al contrario. Al final nos hemos quedado a comer en la terraza ya que nos era imposible irnos de tal sitio. Un lugar espectacular con un personal maravilloso, desde la recepcionista, hasta los camarer@s, limpieza, mantenimiento.... Sin duda el año que viene volveremos. Gracias por hacernos pasar un fin de semana inolvidable.