Restaurante pequeño con pocas mesas, lo que hace que el servicio sea más atento y cercano. Tanto la camarera como el cocinero han sido muy atentos y se han preocupado de que todo estuviera correcto.
El menú consistió en 6 pases, a destacar el bonito en salsa. Antes de empezar con el postre, sirven un chupito de vino dulce para cambiar de sabores. Por último, con el café sirven una especie de galletas de coco muy ricas. Precio por persona 45€ sin bebida.
Sitio "escondido" pero fácil de llegar. Comida excelente en todos los sentidos. Servicio muy atento. Buenas vistas y terracita acogedora. Aparcamiento propio
Una maravilla de sitio, comida, servicio, vistas y experiencia en general. Todo buenisimo, combinando tradición y originalidad. El trato de 10 y vistas maravillosas al valle en un bar preciosu.
El menu no se escoge, depende de lo que cada día hayan comprado en el mercado. Una bendición divina, toca dejarse llevar y disfrutar. Nosotros comimos croquetas de jamón con la bechamel en su punto que estaban para llorar de buenas, alcachofas con foie y jamón de 10, una "deconstrucción" de platu de casa con huevos, picadillo y pure de patatas del que poco más y comemos el plato, merluza en su jugo, guiso de pulpo con patates y arroz con pitu. En las fotos se aprecia la pinta que tenia todo. Vino muy bueno a buen precio, cafetín y el postre también buenisimo.
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