Visitamos el bonito pueblo y reservamos para comer. Nos encantó la ensalada de tomate con queso de cabra y el arroz caldoso de setas y carretes (aunque era demasiada cantidad, no pudimos acabarlo)
Casa Tomas es en mitad del Pallars, en Gerri de la Sal.
Es un pequeño restaurante muy acogedor y familiar.
El dueño y cocinero es Carlos.
No os podeis perder la "Escudella amb campanatge" o el "Civet de senglar" entre otros platos.
Buen ambiente, servicio y comida. Estábamos de paso tras visitar el pueblo e hicimos parada en este restaurante, platos sabrosos, con buen género y servicio rápido. La única pega ha sido la ensalada con ventresca, por el precio esperábamos una ensalada en vez de un carpaccio de tomate, cebolla y dos trocitos literales de ventresca, igualmente remarcar que estaba muy buena.
Un trato muy agradable y una comida, como la ensalada de tomate, ventresca de atún y cebolla y el bacalao a la miel, muy rica... !!!
Local reducido, llamar antes.
Vale la pena parar a comer, buena elaboracion, carnes de caza, arroces....etc
El trato es agradable, hay que ir sin prisas, no son lentos pero van a su ritmo.
Muy recomendable.
Comida excelente y trato amabilisimo
Destacar las carnes de caza
Totalmente recomendable
Atención y servicio correctos, buena cocina con precios adecuados
Trato excelente. Comida casera tipo de la abuela con producto de proximidad. Me quedé con ganas de comer Trinchàn y escudella servida en cazuela de barro. El flan casero buenísimo. No es muy grande por lo que llamar con tiempo para reservar. Volveremos.
Sorpresa de restaurante que sin tener grandes expectativas el resultado ha sido muy bueno. Pedimos dos tipos de arroces y carne de caza. Pudimos hablar con el cocinero donde nos explico como se encarga personalmente de la selección de la carne
El restaurante es pequeño y sin grandes lujos, pero te hace sentir cómodo con un buen ambiente
La comida es maravillosa. El conejo a la brasa es el mejor del mundo, por no hablar de los medallones de ciervo. Dejad que os recomienden los vinos, acertarán seguro. El servicio es un poco lento y desorganizado, pero merece absolutamente la pena. Gràcies Carlos!
Nos ofrecieron comer dentro con el perro sin preguntar ni nada, cuando íbamos a comer fuera para no molestar (era temprano y no había casi nadie todavía). Buen trato con el personal. La comida un poco cara, no había menú, pero nos ofrecieron escudella que entraba primero y segundo plato y genial.
La comida,correcta. Lo malo es q la cocina está pegada al comedor y uno se tiene que enterar de las broncas del cocinero. Entiendo que había cierto nerviosismo por un problema que tuvieron en la cocina, pero no creo que sean maneras. La verdad que un 10 para los camareros por lo que tienen que aguantar
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